Miles de chicas adolescentes e incluso adultas en edad reproductiva en todo el mundo poseen un escaso conocimiento del cuerpo humano que puede incidir directamente en su educación y estado físico.
Por no hablar de lo que se refiere específicamente a la menstruación y todos los problemas que se derivan de ella como el absentismo laboral que se estima que ronda entre los 4 y 5 días de clase menstruales. Este retraso acumulado en el aprendizaje conlleva toda una serie de consecuencias a largo plazo. Además, un tercio de las escuelas del mundo no disponen de los saneamientos adecuados para que las niñas puedan ir a clase con la menstruación y poder tener la higiene adecuada. En tota, unos 900 millones de niñas en el mundo no tienen acceso a los servicios básicos de higiene con jabón.
Por este motivo cada vez se organizan un mayor número de eventos y charlas en escuelas con el fin de proporcionar toda la información necesaria e incentivar el uso de la copa menstrual como el método alternativo más accesible para las mujeres del mundo gracias a su duración y precio.
Algo que en nuestra sociedad nos parece tan sencillo como el poder ir a un baño, en muchos lugares del mundo no es posible y de ahí la marginación social y todas ls prácticas inadecuadas que se producen cuando las mujeres menstruan.
En cuanto a los chicos, la falta de información es todavía mucho más escasa e incluso contradictoria, por eso también se están llevando a cabo algunos proyectos para involucarar al sexo masculino en campañas de sensibilización sobre la menstruación y favorecer la empatía con sus compañeras de clase, amigas y familiares.
Esto se traduce en la gran presencia de mitos que existen alrededor de todo el mundo. Por ejemplo, en Afganistán las mujeres que menstruan se les prohíbe comer carne, arroz o verduras, tampoco agua frío, ni sentarse en un suelo mojado o lavarse. En otras localizaciones se procede directamente al aislamiento de las chicas privándoles de cocinar y de estar con el resto de la familia.
El gran problema radica además en que la mayoría no pueden comprar compresas o tampones debido a su elevado precio y su carácter desechable, por eso la copa menstrual se está imponiendo como la mejor alternativa porque además de ser respetuosa con el organismo y con el medio ambiente, es muy económica al ser reutilizable y tener una duración de hasta 10 años.
En Mimacup además le sumamos una característica añadida como es la de aspecto solidario. Por cada compra de la copa menstrual Mimacup donamos una parte a una causa social. ¡Descúbrelas!