Está claro que la menstruación trae consigo toda una serie de síntomas que hacen que estemos más sensibles, doloridas, apáticas… sin embargo, debemos saber cuando estamos ante los síntomas premenstruales típicos de la regla o ante un caso de endometriosis.
El problema de esta enfermedad es que muchas de las mujeres que la tienen no lo saben y por lo tanto no la tienen diagnosticada creyendo que lo que tienen son períodos menstruales con muchos dolores. El caso es que cuando este dolor ya nos impide seguir con nuestra vida habitual y es extremos, debemos preocuparnos.
El problema viene precisamente cuando el tejido del endometrio se aloja fuera del útero y se van a la zona de nuestra pelvis o incluso en la piel o los pulmones, de ahí que los dolores que tengamos no sean normales ya que cuando viene nuestro ciclo menstrual, estos tejidos comienzan a sangran y se desarrollan durante esos días. Al inflamarse dependiendo del lugar en el que se hayan alojado, pueden dañar a otros órganos que estén cerca por lo que cada caso es único.
En medicina se considera que tiene un nivel I cuando los tejidos están aislados y no perjudican a nada más. De grado o nivel II cuando los implantes superficiales están adheridos en la zona del peritoneo o los ovarios, de nivel III cuando están en la zona de las trompas de falopio y de grado IV cuando estos tejidos son muchos y profundos que se adhieren a otras membranas.
Ahora bien, ¿por qué sucede esto? La realidad es que esta patología no lleva consolidada mucho tiempo y no se sabe con exactitud su causa aunque sí se dice que cuando tenemos la regla tenemos un flujo retrógado por el que en algunos casos éste va de vuelta a la pelvis fijándose en un lugar concreto y provocando la enfermedad. Sin embargo, también hay casos en los que se puede deber a fallos de nuestra sistema inmunitario o incluso ser una enfermedad de carácter hereditario y transmitirse así de madres a hijas.
¿Cómo podemos saber si tenemos simplemente dolores menstruales o estamos ante un caso de enodometriosis?
Por lo general, algunos de los síntomas más evidentes son don los dolores menstruales progresivos, los dolores también cuando se tienen relaciones sexuales porque algunas zonas ya estén afectando por ejemplo a los ovarios o al techo vaginal; tener un sangrado del útero anormal, es decir, fuera de ciclos y también problemas reproductivos aunque son los menos frecuentes.
¿Se puede prevenir?
Realmente no aunque existe una corriente que asegura que los anticonceptivos pueden ayudar a evitar esta patología o retardarla.
¿Qué tratamientos existen?
En todos los casos depende de cada mujer, sus síntomas, si desea quedarse embarazada, de su edad, del nivel de gravedad de esta patología, etc. Sin embargo, la mayoría cuentan con terapias hormonales, ingesta de anlagésicos para aliviara el dolor y técnicas quirúrgicas (laparoscopia, laparotomía o histerectomía). Por supuesto técnicas como la relajación para controlar el dolor también son muy recomendables en mujeres con esta afección.
Uno de los mayores miedos es cómo puede afectar esta patología a la hora de quedarnos embarazadas ya que puede afectar aunque si bien es cierto en la mayoría de los casos los síntomas son leves y no suele afectar de forma muy directa.